Colaboraron un vez, en los 80s, pero Rourke se llevó una mala impresión tremenda. Por eso, habló feo de él… a veces. «A mi me importó, lo respetaba».
Durante sesenta años de carrera, el trabajo de Robert De Niro demuestra una solidez tremenda en este mundo del cine y es reconocido, merecidamente, como uno de los actores más grandes del mundo.
Cumplió ochenta y dos añitos no hace mucho, el actor tiene más de cien películas en su haber. Nueve veces nominado al Oscar, ganando dos veces ese premio por El Padrino II en 1975 y Toro Salvaje en 1981.
Su lista de películas incluye clásicos como Malas calles, Taxi Driver, Uno de los nuestros, Heat y El cazador… es casi imposible decidir cuál es su mejor trabajo, aunque claro, es un grande, indiscutiblemente. No obstante, como le pasa a todos los artistas, también metió la pata alguna vez, como con El corazón del ángel en 1987.
Basada en la novela de William Hjortsberg, dirigida por Alan Parker, la peli fusionaba suspense y terror, eh, muy bien. Presentaba un Mickey Rourke en la cima de su carrera, dando vida a un detective con métodos peculiares contratado por el personaje de Robert De Niro, ¡sus intenciones resultaron dudosisimas!
A pesar de ello, la película, desafortunadamente, fue un fiasco comercial tremendo. Con el tiempo, eso sí, ganando un reconocimiento algo más amplio.
Observando la cooperación entre Mickey Rourke y Robert De Niro en «El corazón del ángel», De Niro, un actor ya renombrado con dos premios Óscar en su haber, representaba una leyenda. Rourke, surgiendo tras papeles en cintas tales como «Sed de poder» y «Manhattan sur», empezaba a forjar su nombre. Con avidez y mucho deseo de absorber conocimientos de De Niro, Rourke se enfrentó al desafío, detallando más tarde en una charla durante el rodaje a De Niro, considerándolo «el actor más concentrado con quien tuve el gusto de trabajar».
Yo creo que esa, fue la vez inicial en que me tocó concentrarme de esa manera. Es el intérprete, mas aplicado que visto. Sí desviavas tu atención con él por solo un momento, te perdiás. Al final estaba agotado, vaya.
Además, Rourke creyó que chance de laburar con De Niro en El corazón del ángel le encendió de nuevo el fuego por su curro: “Había perdido un montón respeto por actuar y, pa’ ser sincero, ya no lo veía valioso, ¿capish? Pero trabajar con él me dio una nueva vida y tal vez me dio más años de amor por este negocio».
Pese a ello, lo que pasó en el rodaje terminó siendo el inicio de una mala onda que Mickey Rourke nunca escondió con el tiempo. El problema vino porque Robert De Niro, usando el método actoral en esa época, solicitó no charlar con su colega fuera del set pa’ meterse en la bronca de sus personajes. A Rourke, aquello no le gusto ni un pelo.
«Me dolió porque lo admiraba»
[De Niro], vino y me soltó: ‘Seria mejor que no charlemos sobre los papeles de la peli. Mejor evitamos saludos, ni hablar, ni nada’. Me toco un poco, por que le tenia gran aprecio», relató Rourke en un programa italiano en el 2019, como juntaron muchos medios como Page Six. «Ya no le tengo respeto, lo ignoro. Vengo de la pobreza. El no conoce ese mundo, yo viví esa jodida vida, y siempre que lo veo a la cara, le miro directo al culo».
En vez de arreglarse, ese mismo año Rourke le echo la culpa públicamente a De Niro por evitarle un papel en El Irlandés, de Martin Scorsese. Afirmo que el director de casting le aviso a su manager que Robert De Niro no queria trabajar con él.
De Niro, sin duda, emitió un comunicado a su vocera, detallando que los productores y el equipo de casting de El Irlandés jamás sopesaron a Rourke para un papel; esto despertó un ardiente mensaje de Rourke en Instagram, el cual fue posteriormente borrado: «Oye, Robert De Niro, sí, te hablo a ti, cobarde. Un amigo me chivó hace poco que los periódicos te citaron, hace meses, diciendo que Mickey Rourke mentía, inventando chorradas. Oye, señor duro, eres el primero que me llama mentiroso, y en un periódico además!».
Ante el desafío de Rourke, De Niro contestó a su manera, un absoluto silencio; no hay duda que la relación entre ambos, lejos de la reconciliación, persiste, casi cuarenta años tras colaborar juntos por vez primera y única.